Ejército Argentino Capellanía Mayor
Javascript DHTML Drop Down Menu Powered by dhtml-menu-builder.com
Nuestra Señora de La Merced
Virgen de La Merced

 

Reflexión del Evangelio del Domingo V de Pascua.
Separador

Evangelio según San Juan 14, 1-12.

Durante la última cena, Jesús dijo a sus discípulos: “No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, ¿les habría dicho a ustedes que voy a prepararles un lugar? Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde Yo esté, estén también ustedes. Ya conocen el camino del lugar adonde voy”. Tomás le dijo: “Señor, no sabemos a dónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?” Jesús le respondió: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto”. Felipe le dijo: “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”. Jesús le respondió: “Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo dices: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que Yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras. Créanme: Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras. Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que Yo hago, y aún mayores, porque Yo me voy al Padre”.

Durante la última cena, los corazones de los apóstoles, se habían angustiado tras las revelaciones de Jesús sobre la traición futura de Judas y también la futura triple negación de Pedro tal vez también acompañadas con el anuncio de la deserción de los apóstoles todos ante la inminente Pasión de Cristo. De ahí toma ocasión, el Señor para animar a los discípulos en la fe; singularmente la fe en la vida eterna que Él mismo ha venido a otorgarnos. Ya saben, les dice, el lugar y también conocen el camino para ir. Sorprendido, Tomás confiesa que no conocen ninguna de las dos cosas que Jesús les ha dicho. El Señor entonces se les revela como el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie que no fuera Dios mismo, en persona, podría afirmar dichas tres cosas. Jesús es el camino en cuanto que Él es el que nos revela al Padre; y también en cuanto que Él es el Hijo Divino que ha tomado una naturaleza humana, para ser imitado y seguido en su modo de vivir, para llegar al Padre, Él, al hacerse hombre, también se ha hecho nuestro modelo a imitar. Nos revela al Padre y además como modelo, nos dice cómo llegar al mismo Padre. Pero también es la Verdad por ser el Hijo de Dios, es Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, que está siendo engendrado eternamente por vía de conocimiento intelectual. Es decir que Dios, el Padre, se conoce a sí mismo, abarcándose infinitamente, a través de una idea o Verbo que concibe en su esencia divina; es la idea o Verbo en que conoce también toda realidad. Los filósofos de la antigüedad hablaron del Logos o Palabra, singularmente Platón, que al postular un mundo de las ideas, hablaba de la idea ordenadora de todas las otras ideas y a esa llamó Logos. También Aristóteles definió a Dios como “pensamiento de pensamiento” en su metafísica. No andaban muy errados, al contrario, será San Juan, el evangelista que nos dirá que ese Logos o Verdad es encarnado Jesucristo, el Hijo de Dios. Jesucristo también es la Vida, ya que con el Padre y el Espíritu creador, nos ha creado y no solamente creado a una vida natural sino que nos ha traído la misma vida divina. Sí, Él ha querido otorgarnos la misma vida divina a nuestras almas, dándonos el don increado del Espíritu Santo, que con el don creado de la gracia, nos hace partícipes de la misma divina naturaleza, como afirma San Pedro en su epístola. El fin de todo ello será la visión cara a cara, sin velos, de la esencia divina y de las tres divinas personas, la visión beatífica, de la que ya gozan los santos bienaventurados, que con los santos ángeles, ya poseen el Bien Sumo que es Dios. Gracias a Jesús y su revelación, que la hace porque nos ama infinitamente, los cristianos ya sabemos a dónde vamos y por quién.

Pbro. José D´Andrea
Capellán Castrense

Volver
Reflexiones anteriores
Descargas
 
BarraFinal
Santa Sede Conferencia Epicospal Argentina Obispado Castrense Ministerio de Defensa Ejército Argentino Escudo Capellania Mayor del Ejército mail Santoral Castrense Instructivo Pastoral Reflexión del Evangelio del domingo