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Nuestra Señora de La Merced
Virgen de La Merced

 

Reflexión del Evangelio del Domingo IV de Adviento
Separador

Evangelio según San  Mateo 1, 18-24.

Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados”. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: “La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel”, que traducido significa: “Dios con nosotros”. Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa.

Este cuarto Domingo de Adviento, ya estamos tocando el misterio mismo de la fe cristológica y mariológica. Singularmente a través de la figura de San José. El estar comprometidos en Israel de tiempos de Jesús era como ya estar casados, salvo que tenían que esperar un año para  la convivencia matrimonial, pero ya eran considerados como esposo y esposa. Porqué resolvió José abandonar en secreto a la Virgen. Los Padres de la Iglesia tienen dos teorías; y se entiende por Padres de la Iglesia, a los pastores, en general obispos de la Iglesia Antigua, preclaros por su santidad y doctrina, y en algunos de ellos se ha dado una eminente erudición por lo cual han sido declarados también doctores de la Iglesia. Ambrosio, Agustín, Jerónimo y Gregorio Magno son los cuatro más representativos de la Iglesia católica occidental; Atanasio, Juan Crisóstomo, Basilio Magno y Gregorio Nacianceno los de la Iglesia católica oriental. Prácticamente con su celo pastoral se podría decir que son los fundadores de la Europa Cristiana. San Agustín es, o se los puede considerar, como el Padre más grande de occidente. En fin, una de las teorías dice que José habría puesto en duda la fidelidad de María, pero otra y la más probable sostiene que por ser el hombre que más conocía a la Santísima Virgen, en realidad él no habría puesto en duda la virginidad de María, sino que se habría encontrado con el misterio del niño y de la llamada Virgen por la traducción de los Setenta del oráculo del profeta Isaías que anunciaba el futuro nacimiento del Mesías concebido por una doncella virgen en edad de casamiento. Así debió suceder, lo cual explica que él no quisiera someterla al proceso riguroso de la Ley de Moisés, y al mismo tiempo decidiera hacerse como a un lado por el pensamiento de humildad, que lo habría retraído de asumir las veces de padre del divino niño. Eso hasta que el Ángel disipara su duda y le encomendara de parte de Dios dicha misión. Él se convertiría en el fiel custodio del misterio de la madre y del niño, asumiendo las veces de padre en la tierra del niño Jesús. De la misma manera que el Hijo de Dios es engendrado de solo un Padre en la eternidad, quiso ser engendrado de solo una madre en el tiempo. Así también como Dios quiso que en el principio una mujer saliera de solamente un hombre, y que todos los hombres procediéramos de una hombre y de una mujer, también quiso que en los últimos tiempos, los del Mesías, un hombre saliera de solo una mujer. Porque la Madre ha sido preservada de contraer el pecado original, y por proceder solamente de ella, el nacido niño es también totalmente libre de pecado y totalmente santo. También ello da cumplimiento a la promesa de Génesis 3, 15: Mientras Él (o Ella) te pise la cabeza, tú (la serpiente) le acecharás el calcañar. Aquí Dios revierte el pecado original y le pisa la cabeza al Diablo y a su obra, por la mujer inmaculada y su descendencia, el todo Santo Jesús, cuyo nombre significa: Dios salva.

Pbro. José D´Andrea
Capellán Castrense

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